Según algunas prestigiosas corrientes astrológicas preocupadas
y dedicadas, sobre todo, al estudio de la demosofía oriental, el animal emblemático representado por el pictograma relativo
al Gallo, tiene, observado desde una perspectiva de la totalidad, un simbolismo triádico formado por un aspecto APARENTE,
un aspecto EVIDENTE y, por último, por un aspecto SENSIBLE. No es fácil acceder a vislumbrar los tres aspectos reseñados,
en parte porque el primero de ellos oculta con su fuerza y su exacerbada claridad a los otros dos. Este mecanismo se pone
en funcionamiento cuando la única razón que mueve al descubrimiento del simbolismo triádico es la curiosidad y no la participación
de sus esotéricos y ocultos efectos. Por eso, suele afirmarse que las personas nacidas bajo el signo del animal emblemático
Gallo, emiten una especie de magnetismo que las hace diferentes de otras personas nacidas bajo la acción de otros signos;
se afirma que, psicológicamente, son personas excepcionales, a las que nunca derrotarán cualesquiera avatares, por adversos
que se presenten. Hay que añadir a esto, además, su amplio saber, que los preserva del engaño de lo convencional y lo aparente;
son buscadores de la causa y no del efecto.
Una de las características que toda la sabiduría ancestral atribuye al
Gallo es aquella que lo considera como anunciador del alba, del nuevo día; de aquí que los mismos estudiosos de todos los
tiempos deduzcan que el animal emblemático Gallo es el primer responsable, la primera referencia, de toda acción; es un símbolo
solar y un emblema cuyo significado profundo es la vigilancia y la actividad. Algunas culturas de la antigüedad interpretaban
la fuerza oculta del Gallo en sentido catártico y pensaban, por lo mismo, que su inmolación lograría curar las enfermedades.
En la Edad Media simbolizará la alegoría de la resurrección y, por ello, se le coloca en la veleta de campanarios, cimborrios,
torres y catedrales. Se interpretaba en el sentido de dar prioridad al espíritu sobre la materia; y en las agrupaciones de
animales y sus sistemas de correspondencias y ordenación numérica, aparece colocado entre el León y la Grulla. Es representado
muy especialmente por el arte románico.
Las personas nacidas bajo el emblema del Gallo son trabajadoras,
pero trabajadores enamorados de su trabajo, encantadas con su continuo afán por la tarea elegida, con un interés muy hondo
en su ocupación y apasionadas en grado sumo por tal empeño; tanto, que a veces se encuentran desbordadas por toda la responsabilidad
asumida, por el enorme campo abarcado y por el desastre presentido de una amplitud que les desborda y que va a hacerles fracasar
en el proyecto inicial. En esos momentos, los voluntariosos gallo se dejan llevar por el desanimo y caen victimas de su propia
empresa.
Optimistas como pocos y bastante despreocupados por lo que no
sea su trabajo o no suponga aliciente, como esa aventura siempre buscada, los gallo no son ni buenos enfermos ni buenos previsores
de su salud, a la que sólo consideran mientras no entorpezca su absoluta libertad de movimientos. Cuando llega la enfermedad,
cuando aparecen los síntomas claros de su existencia, entonces los gallo se inquietan, tratan de buscar una solución por sí
mismos y se desesperan, con lo que hacen que cualquier tratamiento sea más largo y menos eficaz de lo pensado. Pero, por su
optimismo y su gran dosis de vitalidad, la enfermedad también se encuentra, por así decirlo, en desventaja cierta con unos
seres tan poco dados a las lamentaciones, a las quejas y a molestar a los presentes con señales de su lamentable mal (sea
el que sea) y se callan bastante bien lo que puede preocupar a los que no sean profesionales de la medicina. A éstos, a los
profesionales, les darán una clara cuenta de síntomas e indicios y exigirán (siempre respetuosamente) una rápida contestación
y un tratamiento sencillo y claro.
Los gallo son encantadores,
divertidos, apasionados y dulces. Son compañeros perfectos y amantes tiernos, nada les falta salvo...
Esa elección
de un o una gallo para pareja está justificada por completo; no resulta fácil encontrar gente tan encantadora, en todos los
sentidos, como los gallo, pero... En fin, digámoslo ya, hablemos de ese punto negro en él historial de los gallo, de esta
dificultad para establecer su idoneidad en el amor, por encima de peros y otras excusas.
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